sábado, 28 de julio de 2012

Méjico 2012....

Finalmente he regresado de Méjico con un colorcito a Keniata bastante bueno, jejej

La visita al país ha sido una pasada, pese a habernos topado con la cola del huracán Ernesto, que nos dejó ciertas lluvias torrenciales y viento, pero fué una anécdota, porque fué largo y muy fructífero el viaje...

Vayamos por partes, porque cada día dormíamos en un sitio diferente, a excepción de una vez que por causas del mismo huracán tuvimos que posponer el viaje....

Dia 1: Cancún

El primer día yo llegaba a las 12:20 de la tarde a Cancún aeropuerto, y Javi se suponía que a las 22:00. La primera sorpresa me la llevé al ver que en casi ningún sitio te aceptan tarjetas de crédito y claro, primera clavada al cambiar moneda y comprar los billetes de bus (52 pesos = 3,2€) en el aeropuerto.

El bus me dejó en la estación central de ADO, que sin darme cuenta, estaba a 2 minutos andando del hostel que había reservado. El problema fue el mapa que imprimí de google, que me troleó lo que quiso y más...me indicaba una dirección mas lejana y hacia allí me fuí. Completamente perdido, con un calor y humedad de muerte, y cargando por la maleta me dediqué a dar vueltas sin sentido durante casi una hora, preguntando a la gente de allí, y aquí es donde te das cuenta que en México la gente es muy amable, y aunque no sepa dónde está te dicen algo (aunque te compliquen más la vida al final).

Tras un buen rato, lo encontré, me registré y a los 5 minutos ya me estaba quitando ropa para ducharme como si fuese una magdalena, todo pegajoso... Era una cabaña de palos muy chula.
Duchita, y una siesta porque me había levantado prontito y el viaje había sido, aunque no largo porque fue directo, un poco cansado...

Cuando me desperté, como todavía tenía unas cuantas horas por delante hasta que apareciera "Guate", pregunté por la playa (que yo pensaba estaría más cerca) y me dijeron que saliendo un bloque justo enfrente del hostal, cogiera el R1 dirección Cocobongo (que suena muy bien, eso si, si tienes dinero de sobra). En el bus empecé a hablar con un mexicano, que más adelante me quería invitar a una copa y tralari tralará, vamos que no hace falta explicar nada más, jejeje

Sin más me bajé en "Playa defines" y me tumbé un rato contemplando el color del agua, impresionante cual piscina...y la arena blanca..poca gente eso si. El único inconveniente que vi es que estaba rodeado de resorts de lujo, todo para extranjeros deseosos de alcohol y fiesta..

Regresé al hostal sobre las 7:30pm y me relajé otro poco hasta la hora de llegada de Guate. El tiempo pasaba y este hombre no llegaba y claro, los del hostal empezaron a meterme prisa con fiestas, descuentos y demás historias...tras hora y media de espera aparece un mochilero perdido y sí, resultó ser Guate Marquez...Se había perdido exactamente igual que yo, por las mismas calles, pero de noche...

Finalmente nos preparamos un poco y nos fuimos de fiesta a la zona de hoteles (a la que recomiendo no ir nunca), donde nos clavaron casi 40$ por entrar con barra libre, pero no merece la pena.. La discoteca es muy parecida a las de España, pero lleno de 20-añeros borrachos, jeje

Así que nada, el primer día concluía a las 4:30am camino a cada, previo paso por un puesto de perritos calientes enfrente de la estación central de ADO, que cabe decir, estaban de muerte...por 12 pesos de nada...ragalado...



Día 2: Playa del Carmen

Dado que no había mucho que rascar en Cancún (si, sé que suena muy bonito pero de verdad, que no hay nada) nos alquilamos un coche y nos fuimos a Playa del Carmen en busca de 2 amigas que venían desde Belize y estaban esa misma noche durmiendo en Cozumel, una islita enfrente de Playa del Carmen.

Por medio, un tormentón, un accidente de tráfico pero al final conseguimos llegar. Esta mucho mejor que Cancún, pero aún así sigue siendo demasiado turístico, y los resorts estaban encima de la playa, casi sin sitio para tumbarte tranquilamente.



Nos pasamos lo que quedaba de tarde en la playa tomando un poco el sol y descansando porque habíamos dormido poco. Por la tarde noche, después de ducharnos en el hostel "3 mundos" nos fuimos a comprar algo de beber para que estos empezaran a coger fuerzas. Luego cenita en un pequeño bar con música en directo y después a preguntar a una amiga qué se podía hacer por los alrededores. Esa noche dio para poco, porque estábamos tan cansados que a las 2am estabamos yendo a la cama..La verdad que Playa del Carmen tiene una sola calle de restaurantes (5ª avenida) y otra de discotecas (entre la 10ª y la 12ª) que no llegamos a ver, jejej.

Dia 3: Tulúm

Visto lo visto, nos cogimos carretera y seguimos hacia el sur, a las ruinas de Tulúm, que ellas ya no habían visto porque venían del sur...Pero antes de nada, como ibamos sin hotel, nos pasamos unas 2 horitas preguntando por la zona costera de Tulum por precios y sitios hasta que finalmente, sobre las 2pm encontramos el más barato, que nos salío por 800 pesos los 4 repartidos en 2 cabañas. La verdad es que vimos de todo, desde cabañas a precio de hoteles de lujo hasta un hostal de perro-flautas donde nos quisieron meter en una habitación para 12, sin ventilación y con un perro...increíble¡¡

Una anécdota curiosa fue cuando ya cansados de buscar nos fuimos a uno que estaba por la zona de playa y nos dijo 1500 pesos por los 4, que en principio no parece mucho, pero allí lo hay y lo sabíamos, pero en ese momento que lo dijo, Guate dió un paso atrás y sin darse cuenta pisó al gato del dueño...había que verlo...como diciendo "1500 qué, cómo dices??"

Era una zona impresionante, y para muestra un botón:

Acto seguido, mientras los chicos nos ibamos a ver Tulúm, ellas se quedaron directamente en la playa de al lado tomando el sol. Las ruinas de Tulum son impresionantes, porque son la única  fortaleza Maya pegada a la costa, que se utilizaba como centro de paso del comercio entre Méjico y Guatemala. Y como está pegada a la costa, cómo no, tiene una playa impresionante donde nos pegamos un baño en esas aguas azules cristalinas, que parecen una piscina, y la arena parecida a harina..


Cabe destacar, que fuimos un domingo, y algo que no sabíamos es que los domingos, para la gente autóctona es gratis, con lo que estaba la playa abarrotada, pero aún así nadie nos quitó la posibilidad de bañarnos tranquilamente.

Tras estar un par de horas pululando por Tulúm, nos cogimos el coche de vuelta y nos fuimos a la playa con las chicas hasta que se hizo de noche. A las 19:30 aprox. cogimos el coche de nuevo y regresamos al hostal a ducharnos y a cenar tranquilamente con el sonido del mar a 1 metros, con la simple luz de las velas de las mesas que nos alumbraban.

Como la zona estaba un poco apartada de cualquier sitio, nos cogimos los bártulos y nos sentamos en las hamacas de la playa a descansar, relajarnos y hablar tranquilamente antes de irnos a dormir entre mosquitos...:D


Día 4: Tulúm y Sian Ka'an

Al día siguiente, tras desayunar poco o menos porque estaba realmente caro todo (normal por otra parte, por la zona) montamos en el coche todas las mochilas otra vez y pusimos rumbo a Sian Ka'an, una reserva de la biosfera que estaba a media hora en coche, y que todo el mundo decía que se necesitaba un coche bueno porque era una zona de barro y tal...pues sin hacer mucho caso, con nuestro mini coche nos metimos de lleno y...la verdad que era un desastre de zona, estaba llenos de hoyos, pero no 1 ni 2, no cabía ni uno mas en lo ancho de la carretera. No digo más que para recorrer unos 10 km estuvimos como 2 horas..

A mitad de camino, hartos ya de tanto bote, decidimos parar en una de las muchas playas que tiene la reserva dentro, que están completamente vacías, estábamos nosotros 4 y otro grupo de 5 o 6 a lo lejos, pero nada mas... agua azules..Lo único que me decepcionó fue la cantidad de basura que había tirada por todas partes. Yo entiendo que por causa de huracanes y demás, pueda haber árboles caídos por todas partes o incluso alguna bolsa de algo por medio, pero es que había rastros de botellones allí dentro, bolsas de basura tiradas por todas partes, sprays, detergentes, desolador.

Cuando nos refrescamos decidimos continuar por la carretera y llegamos a un centro que era una especie de museo de fauna de la zona, pero estaba medio derrumbado y no tenía apenas nada dentro. Ló único que ofrecían era un viaje por 900 pesos/persona para hacer snorkeling con tortugas, lo cual es bastante caro. La verdad que daba bastante pena el estado de las instalaciones, y eso que nos habían cobrado 27 pesos por cabeza la entrada con coche, que no es mucho, pero hace sospechar de la finalidad de esos fondos.

Desde ahí nos movimos otros 2 o 3 kilómetros, pero como vimos que la cosa no mejoraba y el camino hasta Punta Allen estaba a 30km, decidimos darnos la vuelta, meternos en otra playa y relajarnos un poco antes de volver a Tulúm.

Esta vez ya no nos quedamos en la zona del día anterior, y nos adentramos en Tulúm pueblo que está cerca de las ruinas e incluso llegamos a Akumal a buscar sitio, pero al ser poco fructífero, nos quedamos en el Hostel del Sol de Tulúm, porque nos quedaba bastante cerca de los cenotes que ibamos a visitar al día siguiente.
El hostal era barato, y así pasó lo que pasó, que primero el gerente no estaba y estaba a cargo un chico que acababa de llegar y no estaba al tanto de tarifas ni habitaciones libres ni de nada. Al final dormimos sin pagar (aunque pagamos al día siguiente) pero al levantarnos se había ido la luz y no había ni desayuno, ni agua para ducharse ni nada absolutamente. El problema seguía siendo el huracán Ernesto que dejaba "pequeñas" tormentas por toda la zona, y esa noche hizo saltar la luz de todo el pueblo.



Día 5: Cenotes, Cobá y Valladolid

Tras amanecer sin luz, y con el único desayuno que era posible cocinar con gas, recogimos todo y nos fuimos rumbo a los cenotes (http://www.cenotedosojos.com/) a unos 20 minutos en coche del hostel.

Pensabamos que iba a ser algo más impresionante pero resultó ser una zona bastante llena de turístas. Nos salió por unos 400 pesos por cabeza el acceso a los cenotes, neopreno y snorkel. El neopreno era opcional porque el agua "según ellos" estaba a 24ºC, pero ese día estaba nublado y medio llovía, así que de 24ºC nada de nada..

Para mi era la primera vez que hacía snorkeling y la verdad que me costó un poco acostumbrarme a la indumentaria, pero al final me lo pasé en grande, hicimos varias fotos subacuáticas por allí dentro, nadando entre peces y murciélagos..una pasada vamos. La pena fue que una de las chicas estaba con algo de costipado y no pudo nadar porque se ahogaba la pobre, y se tuvo que conformar con vernos desde fuera y hacernos algunas fotos.

Tras una mañana de baños en los cenotes, nos montamos en el coche rumbo a Valladolid, que era donde ibamos a dormir, pero en el camino nos detuvimos a ver las ruinas de Cobá, que están más hacia el interior, y que también son muy impresionantes, lo único las continuas trombas de agua que nos cayeron.

















Desde Cobá, completamente mojados, nos fuimos en coche hacia Valladolid. Una vez allí, gracias a una guía de una de las chicas, encontramos el hostal María Guadalupe, donde por 500 pesos nos quedamos los 4 a dormir en una habitación. Ya se empezaba a notar que los precios bajaban a medida que nos alejábamos de la zona de turistas. Este sitio es totalmente recomendable e incluso si vas en coche, tiene 2 plazas de aparcamiento para clientes en pleno centro de Valladolid.

La verdad que no pudimos hacer mucho más ese día, porque nos habíamos mojado en los cenotes, en Cobá y allí también seguía lloviendo sin parar. Nos fuimos a una especie de centro comercial cubierto donde cenamos comida típica de allí, como chilaquiles o enchiladas. Era muy gracioso ver cómo 2 puestos de comida separados exclusivamente por una pared, se peleaban por conseguir clientes. Los dueños del local no podían atravesar las puertas de sus locales (por alguna razón que desconocemos) y se dedicaban a gritar al unísono a todos los clientes que se adentraban en el cobertizo...muy gracioso la verdad, y muy rica la comida también.

Era una ciudad totalmente autóctona, casi sin turistas y la verdad bonita. No vimos mucho, pero durante el día, con el cambio de colores, el sol, etc..merecía la pena darse un paseo. y ver una ciudad auténtica mejicana, con sus tiendas antiguas, la ropa tipica que llevan las mujeres allí, la comida, ferreterías como las que había en España en los años 60 o 70.



Día 6: Valladolid y Chichen-itzá

Nos levantamos con el calor típico de estas zonas tropicales y nos metimos un pedazo desayuno en el hotel antes de partir hacia las ruinas de Chichen-itza, que son las más grandes de Yucatán y Quintana-Roo creadas por los Mayas.

La distancia entre Valladolid y las ruinas eran unos 45 kilómetros, y tardamos una hora y algo, pero con buen clima. El problema fue cuando llegamos allí. Yo pensando que iba a estar lleno de barro, pero sin pensar que iba a llover, me puse las zapatillas (que no me había puesto en 5 días) y ¡¡zas!!, ley de Murphy. Al salir del coche se nublo, y solo nos dio tiempo a entrar al hall de las ruinas cuando empezó a caer una tormenta de miedo. Menos mal que nos habíamos comprado unos chubasqueros el día anterior en Valladolid por unos 64 pesos por si acaso. Al llegar vimos como todos vendían chubasqueros a 15 y 20 pesos y Guate casi se arranca las uñas al verlo, jajaja, pero claro, eran de plástico malo y de hecho vimos como gente se lo ponía y al instante se rompían. Buena compra.

Lo gracioso era que había que pasar por 2 taquillas diferentes, una para pagar la entrada al gobierno local (120 pesos) y otra al gobierno federal (50 pesos), un poco absurdo pero es lo que hay. Nada más comprar los entradas, te asaltan decenas de mayas que actúan de guías para todos los turistas por unos 100 pesos por cabeza en grupos de 8. Nosotros eramos sólo 4, pero como había mucha gente (muchos de ellos hispano-hablantes) preguntamos y rápidamente aparecieron 3 mujeres muy amables que se unieron para así pagar menos.

2 segundos después de cruzar el torno de acceso otra vez comenzó a llover sin sentido, pero esta vez estábamos preparados con nuestros super chubasqueros, pero eso sí, con zapatillas :C

La mojada fue espectacular, aunque tuvimos suerte y a los 20 minutos dejó de llover y pudimos hacer casi todo el recorrido con el guía sin lluvia. Al final del día, hacía hasta calor.



Las ruinas son una pasada, aunque parte de ellas, como la pirámide de Kukulcán que se ve en imagen, estaba restaurada por una universidad americana para poder apreciar su diseño y las formas geométricas que utilizaban los mayas miles de años atrás para medir los días del año, las estaciones y observar las estrellas de forma milimétrica...No voy a contar ahora la historia completa, para el que quiera saber, merece muuuuucho la pena acercarse a allí y verlo, sobre todo ver cómo descendientes de Mayas te cuentan las historias (aparte de ser científicamente correctas o no) e incluso en el idioma maya actual.

Sobre todo es impresionante la forma que tenían de convocar las reuniones por medio de sonidos que se originaban de el eco procedente de una de las caras de la pirámide, al tocar los tambores. http://www.youtube.com/watch?v=W6JKCvHdG5I...impresionante..

Tras casi 4 horas dando vueltas por las ruinas, montamos en el coche de nuevo y nos detuvimos a comer en un pueblecito en el camino, porque nos apetecía comer algo típico mejicano en lugar de lo mismo de siempre en zonas turísticas, y la verdad nos salió barato y estaba buenísimo. El menú consistió en 4 platos a compartir de Panuchos, pollo a la yukateca, milanesa de res y cochinilla pibil. Suena raro, pero sabe a gloria..

Sin más tiempo que perder y empapados en una mezcla de lluvia mañanera y sudor del calor que hacía, pusimos rumbo a Chiquilá, un pueblo costero donde se cogía el ferry hacia la isla de Holbox. Se nos hizo de noche y pensábamos que no íbamos a llegar a tiempo, pero tras una buena paliza lo conseguimos. Digo que casi no lo logramos y la explicación es simple. 

Decidimos coger la autopista de pago en lugar de la carretera normal para así poder llegar antes, pero esta autopista iba a Cancún, y en algún punto cerca nos tendríamos que desviar a Chiquilá, pues bien, no pudimos. De forma totalmente increíble, la autopista no tenía salidas a ningún sitio, iba desde Valladolid a Cancún sin ningún desvío, con lo que recorrimos hora y media hacia el norte y luego nos tuvimos que desviar en Cancún a una carretera terciaria (la que no habíamos querido coger en Valladolid) que iba al sur por el mismo recorrido que la autopista. En definitiva, 2 horas perdidas a lo pijo, con lo que se nos hizo de noche y en el camino de repente "control policial". Ya sabemos todos cómo funciona el tema de los controles en centro y sur américa, la famosa "mordida". Pues la táctica fue la siguiente: Guate conducía y una de las chicas sentada atrás abrió la ventana para escuchar. El policía preguntó que dónde ibamos y a partir de ese mismo instante, se produjo por parte de Guate y Laia una batería de preguntas al policía que lo dejaron aturdido; "¿por dónde se va a Chiquilá? ¿cuál es el último ferry? ¿cuánto tardamos en llegar? ¿cuánto cuesta?" etc etc...el policía se quedó tan sorprendido de tantas preguntas y datos que inmediatamente dijo "Sigan, sigan"; no llegó a pedir ni documentación..jejeje :D

Una vez llegamos a Chiquilá, nos dijeron que el último ferry salía a las 21:30 y eran las 20:40 así que perfecto. Aparcamos el coche en un parking de pago y rápidos al ferry para llegar a la Isla de Holbox.

Al llegar a la isla, recorrimos unos 200 metros hasta la plaza del pueblo y allí mismo gracias a la misma guía de una de las chicas encontramos el Hostal Maya, el más barato y suficiente para pasar las próximas 2 noches.



Día 7 y 8: Holbox

El principio, nuestra idea era quedarnos solo ese día y por la noche después de volver de ver a las ballenas, coger de nuevo el ferry y poner rumbo a isla mujeres. El problema es que para este tipo de eventos, es siempre recomendable llamar antes de acercarte a la isla, cosa que no hicimos y nos la jugamos. El tema fue que con el huracán Ernesto, las aguas estaban muy revueltas y las ballenas no salían a la superficie a por el plancton como acostumbraban, y se sumergían en las profundidades del mar, lo que hacía imposible verlas...

Finalmente, nos dijeron que al día siguiente saldrían, que teníamos que estar a las 6:30 de la mañana en la entrada de la tienda para irnos a la embarcación. Como no nos pudo asegurar que las veríamos, debido a las condiciones climatológicas, nos cobró 500 MXN y si las veíamos el resto, unos 400 MXN.

Dado que el primer día en la isla estaba perdido, nos dedicamos a pasear por la playa y relajarnos tranquilamente tomando algo en las palopas de la costa.


El sol calentaba de narices pero vimos a los lejos en la costa una especie de playa artificial que salía del mar, como a 100 metros de la playa, que a medida que pasaba el día emergía más y más. En la imagen se ve cómo era esta zona rodeada de agua. Por cierto, el agua de alrededor, aparte de no cubrir nada, estaba a una temperatura elevadísima...así es el Mar Caribe.

Tras varias horas al sol torrándonos, decidimos comer algo. Se hizo de noche y con una cena ligerita, nos fuimos a dormir, que al día siguiente nos espera un madrugón de miedo.

Al día siguiente, cuando todavía el sol estaba saliendo en el horizonte nos pusimos en marcha hacia la tienda, donde un carro de golf (porque no le dicho pero en esta isla todo el mundo circula con carros de golf, no hay coches, incluso los menores de edad) nos acercó al embarcadero para salir pitando a ver a las ballenas.

El sol no calentaba mucho a esa hora de la mañana y era preciso salir tan temprano porque la mar estaba en calma y la lancha iba más rápido sin tanto oleaje. La verdad que se agradeció, porque una vez abandonamos la costa y empezó a haber más olas, los saltos que dábamos eran poca broma. Acabamos con el culo roto de tanto saltar. 
Fueron 3 horas y pico fuera de la costa. En principio iban a ser 2.5 o 3 como mucho, pero como estaba la mar revuelta por el huracán, todas las embarcaciones estaban continuamente comunicándose por radio para saber la posición exacta de las ballenas. al final las encontramos a mas de 3 millas de la zona habitual. 

Yo me lancé el primero al agua junto con mi compañero Guate, dado que al detenerse la embarcación empecé a notar que algo iba mal; Si, me estaba mareando y se me estaba empezando a revolver todo en pocos segundos, de ahí que me tirase el primero, porque en el agua se nota menos el movimiento. 

Conseguí ver a una de las ballenas a menos de 2 metros, era impresionante, un bicho enorme que sería capaz de comerte sin apenas darse cuenta, y de hecho, a una de las chicas que se lanzó después, tuvo que agarrarla el guía por el chaleco y sacarla de la trayectoria de la ballena porque estas no son carnívoras, solo comen plancton, pero van con la boca abierta para recoger todo lo que haya, y si en ese trayecto estas tú, te traga.

Tras un buen rato tumbado en la lancha, evitando morirme junto a otros 2 mexicanos también tirados por la embarcación en el mismo estado o incluso peor, regresamos a tierra, pero en el recorrido, y sintiéndome algo mejor, nos detuvimos para observar a las tortugas gigantes nadando por una reserva, también vimos manta-rayas, y nos detuvimos a comer en los manglares de la isla de Holbox unos ceviches (mezcla de pescado con verduras frescas..), que lucen como se ve a continuación:


Nos dijeron que aproximadamente llegaríamos a puerto sobre las 2pm, pero se complicó bastante al tener que buscar a las ballenas durante un rato y acabamos llegando a las 4pm casi, con lo que tuvimos que salir corriendo hacia el hostal, pagar la segunda noche y con las maletas en la mano, salir hacia el ferry que nos dejaría en Chiquilá de nuevo, donde cogeríamos el coche rumbo a Isla Mujeres.

Cabe destacar, que en este tipo de islas, los cajeros se cuentan con los dedos, y la mayoría de las tarjetas de crédito o débito no funcionan, por algún extraño motivo las rechaza todas, así que se recomienda llegar a la isla con bastante dinero en efectivo para pagar todo, porque eso si, no aceptan tarjetas en ningún negocio, y la comisión por sacar dinero puede ser de hasta 80MXN.


Día 9: Isla mujeres

Una vez llegamos a Cancún desde Chiquilá, lo cual nos llevó aproximadamente 1 hora y media, nos dirigimos a dejar el coche en el alquiler (zona hotelera). Acto seguido se coge el autobús R1 con destino Puerto Juárez (8,5 MXN), que es donde se coge el ferry a Isla Mujeres por 140 MXN.

La isla se llama así porque era donde los piratas antiguamente dejaban a sus mujeres a salvo mientras ellos se iban a robar oro en mar abierto.

No es muy grande, la verdad. Cuenta con un par de calles principales donde se concentran todos los turistas de la zona y donde cenar es caro y no compensa tanto. Nosotros cenamos en un restaurante que tenía muy buena pinta, porque era tarde y todos los demás estaban cerrando, pero nos defraudó bastante. 

El hostal, también recomendado por la guía, se llamaba Poc-Na y es el más antiguo de todo Méjico, por lo que nos llamó bastante la atención y nos quedamos allí. Nos regalaron un cóctel de bienvenida y tenía acceso a la playa por una puerta que daba a una zona privada con bar dentro y hamacas modo chill-out.

Esa noche yo estaba doblado de habernos despertado muy pronto y sobre todo porque me tocó conducir todo el camino desde Chiquilá a Cancún, que fue una paliza bastante grande. Los demás salieron a tomar unas copas a un local de la zona de restaurantes, donde casualmente tuvieron que presenciar varias peleas de borrachos (es habitual).

Al día siguiente nos despertamos tranquilamente, nos duchamos y nos fuimos a la playa, la cual, como las demás del Caribe eran de agua tranquilas, casi sin olas y azules como nunca había visto. La verdad, que debido al viajecito de las ballenas el día anterior estábamos bastante rojos por el sol y no era el mejor momento para ponerse al sol, pero lo disfrutamos mucho en el agua durante un par de horas, y después de regreso a Cancún, porque Guate tenía que coger el autobús al aeropuerto, y las chicas el autobús para Chiapas desde la estación central de ADO.

A las 7:20pm volvía a estar solo de nuevo, en la misma ciudad a la que llegué solo 9 días atrás y durmiendo en el mismo hostal. Un buen comienzo y final.


Día 10: Cancún despedida..

Último día, y a las 9am jugaba España la final del campeonato de basket de los juegos olímpicos. Me levanté con muchas ganas de verlo, pero el tiempo que tenía era muy poco, así que entre desayuno y recoger la maleta pude ver algún cuarto del partido.

Me despedí de los compañeros que conocí la semana anterior allí mismo y puse dirección a la estación de nuevo. El bus se acababa de ir cuando llegué así que me tocó esperar al siguiente de las 10:30am. Nos subimos y salimos con poco tiempo de retraso, pero yo pensé que no llegaba al avión, porque increíblemente hicimos una parada en un hotel para recoger a un pasajero..Mi avión salía a las 12:20 y tenía que hacer el registro todavía.

Con las prisas, me bajé en la terminal que no era..¡¡¡ shit !!! Corriendo me fuí a preguntar por un taxi, pero no había ninguno en la terminal y el siguiente bus a la terminal 3 (Spirit) salía en 1/2 hora, a las 11:20 am...De verdad que pensé que lo perdía. 

Al final llegó el bus a las 11:10 y yo pensando, !! bien, ya está, ahora salimos y ahorro 10 minutos ¡¡ Nooooorr¡¡, el conductor se bajó del bus tranquilamente y se sentó en la calle a mirar el móvil cual colegial al Facebook.. Me cagué en todo y salí del bus a los 5 minutos a pedirle por favor que nos fuéramos que no había nadie más y perdía el vuelo...Su respuesta: - "Todos decís lo mismo", jejeje qué cachondo¡¡ y se subió y arrancó rumbo a la terminal 3 donde finalmente hice el check-in y cogí el vuelo sin problemas..

La última anécdota fue cuando en el primer vuelo Cancún-Miami, estábamos a 1 metro de posar el tren de aterrizaje en Fourt Lauderdale y de repente se vuelve a elevar y se aleja del aeropuerto sin más...yo pensaba que ya el gafe no me podía perseguir más con los vuelos...sin más nos explicaron que debido al fuerte viento, era más seguro no aterrizar y salir de nuevo al aire...maldita temporada de huracanes....

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