sábado, 28 de abril de 2012

Semana Santa at California

Finalmente conseguimos arreglar todo el papeleo de coches, hoteles y demás y nos pusimos rumbo a California. Llegamos sobre las 22:00 hora local y nos dirigimos de inmediato a recoger el coche que habíamos reservado, que por sorpresa, nos costó más caro de la cuenta (impuestos y por ser fin de semana).

Una vez montados en el coche, nos pusimos rumbo a Yosemite Park, a unas 3:30h de San Francisco (SFO). El camino no lo pensabamos hacer entero ya que ibamos con la idea de conducir un rato hasta cansarnos y parar a dormir en medio del camino, de manera que al día siguiente, la paliza de coche fuera menor. 

Nos alojamos en un pueblo cercano llamado Livermore, regentado por unos indios muy majos que nos dieron un desayuno continental (para lo que no estáis en USA, eso significa leche aguada con cereales y algún dulce...). El hotel típico de carretera donde muere mucha gente en todas las películas, pues ese ¡¡

Al día siguiente ocurrió algo que sabíamos que podía pasar, pero no nos esperábamos tan pronto, lluvia; pero a mares, como si nunca hubiera llovido en esa zona. Resignados pero esperanzados nos cogimos el coche rumbo al pueblo de Mariposa en Yosemite, donde teníamos el alojamiento y una vez allí intentamos hacer el check-in en el "hotel", y lo remarco porque pensábamos que iba a ser una pequeña cabaña, pero vamos que si era pequeña, que estaba en medio del monte y con una estufa para por la noche, y como no nos dejaban hacer el registro hasta las 15h, pues nos fuimos con maletas y todo a la entrada del parque, como a 30 minutos más adelante por la misma carretera. 

El paraje era muy bonito, bastante parecido a mis tierras leones de montaña, con su río a lo largo de la carretera, altas montañas, etc..el problema seguía siendo la lluvia que caía incesante. Al llegar a la entrada del parque, tuvimos que abonar 20$ para poder acceder con el coche (se puede en otros medios como bicicletas, pero no se recomienda, por lo extenso que es). Lo bueno es que ese pase era válido para 7 días, y como ese día justo estaba lloviendo, nos dimos una pequeña vuelta para ver si podíamos ver algo pero con las nubes y la lluvia fue imposible, así que nos dimos la vuelta y regresamos a la cabaña. Pasamos el resto de la tarde en el comedor que tenían al lado de la hoguera y de ahí a descansar.

Al día siguiente nos despertamos con la sorpresa de la nevada que había caído. Hacía sol y la temperatura había subido bastante, con lo que el día se presentaba perfecto, y vaya si lo fue. 

Esta vez, en lugar de repetir la ruta del día anterior, nos dirigimos por otra carretera por la que casualmente iba todo el mundo y llegamos a la zona de información del parque, que era lo en realidad había que ver. Allí nos explicaron dónde ir, qué ver y cómo acceder, así que cogimos mapa, botas de montaña (que habíamos llevado por suerte) y a hacer senderismo.

Las vistas eran increíbles y encima coincidía con el deshielo de la nevada caida esa misma noche, con lo que la mezcla de día soleado con deshielo, habla por si sola:
Había miles de sitios por los que ir y caminar para ver parajes inimaginables en USA, reflejo de rascacielos. Nos quedamos con ganas de recorrer mas senderos, pero había rutas de 20km y unas 8h, pero claro, no estábamos con ropa adecuada y el tiempo era escaso, así que acordamos volver para acabarlas, este mismo año claro, jeje

Tras dos días recorriendo todas las cascadas, caminos de montaña, zonas con animales salvajes y sobre todo 3 hostales en 3 días (estaba todo petado), montamos en el coche de vuelta a San Francisco, la única ciudad grande que me quedaba por ver aquí, y no defraudó.

SAN FRANCISCO

San Francisco era la gran ciudad de Estado Unidos que me quedaba por visitar, y tampoco defraudó. Sus largas y empinadas calles denotaban aire de película, de esas miles de películas que retratan la geografía mas  extraña del país. Ahora entiendo la obsesión por el tranvía, que a diferencia de la tele, no está por todas partes, solo tiene 2 carriles en dos calles, jeje.

La gran atracción de la ciudad para mi era Alcatraz, y no podíamos dejar la ciudad sin visitarla, cosa que hicimos al segundo día de llegar, desde el Pier 33 con Alcatraz Cruises (que a nadie le engañen, que son los únicos con permiso para atracar en la isla). La verdad es que era de película, o de serie, dado que llevaba viendo capítulos de la nueva serie "Alcatraz 2012" desde hacía varias semanas atrás, y era como volver atrás en el tiempo. La isla estaba ciertamente deteriorada, con recuerdos del asedio hippie. Encima, las audio-guías con voces reales de los presos te tralsadaban a los años 60, donde Al Cappone y sus amigos paseaban por esos fríos pasillos con minúsculas celdas en las que pasaba 16 horas al día, con el incesante ruido del viento atravesando las ventanas rotas, proveniente del Océano pacífico.

ALCATRAZ

El tour dura aproximadamente 2 horas, aunque puedes estar dando vueltas por la isla varias mas, o incluso sentarte en los bancos con vistas a la bahía de San Francisco, con el Skyline al fondo y disfrutar de un buen bocadillo. A mi este tipo de visitas me fascinan, porque dan rienda suelta a la imaginación, te hace pensar en todos esos presos que tan solo 50 años atrás pisaron esas mismas baldosas, esas mismas celdas, donde casi puedes oler la humedad, el hierro oxidado de los barrotes,  el polvo de las estanterías de la vieja biblioteca o incluso el miedo encerrado entre las cuatro paredes de "El Agujero". Es increíble pensar que tan solo hace unos años capturaron a uno de los presos que había estado desaparecido durante 16, y que antes había permanecido en Alcatraz por otros tantos; son historia viva de ese recinto. Que el gangster más famoso de la historia pasaba sus horas muertas allí encerrado, alguien que convivió con la famosa ley seca, donde este tipo de delincuencia mandaba en las calles por las que ahora caminamos libremente, matándose entre ellos por el control de las mismas. Como dicen aquí "AWESOME DUDE"

Después de Alcatraz, teníamos tiempo para visitar toda la ciudad: Chinatown (lo de siempre), Álamo square donde se graban las típicas películas con casas de estilo victoriano, Presidio Park, Golden Gate Park, el Pier 39, donde los leones marinos nadan a sus anchas mientras los turistas contemplan inhóspitos la tan desgarbada actuación de varios de ellos peleándose por un trozo del embarcadero.

La verdad que SFO es una ciudad de muchos contrastes, famosa por iniciar el movimiento Hippie, albergado en la avenida Haights (al Oeste), donde se puede ver a mucha gente tocando la guitarra, viviendo libremente sin importarles el paso del tiempo, es decir, lo que en España se llama "perro-flautas".

Luego tenemos el famoso Golden Gate, al cual se puede acceder en bici, cruzarlo y acceder la pueblo costero llamado Sausalito. La idea es buena, pero coger una bici por 24h son casi 40$ por bicicleta. Demasiado caro creo yo, así que nos cogimos el coche el último día y nos fuimos de Brunch a Sausalito, el cual hay que decir estaba excelente y nada caro, pese a ser al lado del puerto deportivo..

Hay que tener en cuenta que en esa zona siempre se ha dicho que tienen un microclima, debido a las corrientes de aire que hay entrando desde el Pacífico, lo que hace que una tarde apacible de 24ºC, se convierta en un anochecer a 10ºC..pero pese a eso, no se puede desperdiciar el anochecer visto desde la zona noroeste, cerca del Wharf Pier, donde el tranvía inicia su recorrido, que te lleva al centro ciudad.


Después de mucha pateada, coche y de camino a LA, con varias paradas por el medio para disfrutar de las increíbles vistas de la Nacional 1, que recorre toda la costa del Pacífico. Es muy importante resaltar, que si vais a coger esta ruta, id bien provistos de gasolina, porque debe haber 2 en las 8 horas de coche entre SFO y LA, y como te quedes tirado, no hay casi dónde pedir ayuda porque encima la cobertura del móvil se pierde con mucha facilidad.

LOS ANGELES


Dado que ya estuvimos en LA, nos queda poco que reseñar, salvo que nos encontramos con nuestro compañero de fatigas Víctor Iglesias, que nos acogió en su casa, al cuál no pudimos ver mucho en la otra visita.



Visita obligada al observatorio, días de relax en la playa y poco más.