Este fin de semana ha sido bastante completo, coincidiendo con el
puente de Martín Luther King del lunes.
Nos cogimos la
maleta de mano y nos fuimos a Miami a pasar unos días con nuestros homólogos de
la oficina comercial de allí, y la verdad, es que suena extraño, porque si lo
piensas bien, es como si estuvieramos en Madrid y un fin de semana nos diera
por irnos a Ucrania de fin de semana, jeje
En fin, cogimos
vuelo nada mas salir del curro el viernes y llegamos a Miami, no sin percances. Ya para empezar, ese día estaban las calles nevadas, y llegar a la oficina fue todo un poema con las botonas de invierno. Por otro lado, teníamos la llegada prevista para las 11:50pm, y aunque era tarde, todavía se
nos hizo más..Una vez nos subimos al avión, y sentados mi compañero Juan Gr A y
yo atrás del todo en la última fila, vemos la siguiente estampa:
Os preguntaréis
qué es esto ¡¡ pues nada mas y nada menos que el camión que aprovisiona al
avión de los carritos de comida que todos vemos en estos vuelos, pero este era
especial. Se conoce que en la maniobra de aproximación o la de separación,
golpeó la rueda del avión y la estropeó, lo que supuso que tuvieran que avisar
a los ingenieros del aeropuerto, revisarlo...vamos, 1h y 30" de retraso.
Al final
conseguimos volar, llegamos a la isla, cogimos un taxi y directo a casa de
Pablo, que estaba en Miami Beach del lado de la playa, vamos a 50 metros, jeje
Sin casi darnos
tiempo a dejar las cosas, nos arreglamos un poco (las chicas un mucho, como
siempre) y nos fuimos al encuentro, en un local que estaba a unas 7 manzanas de
casa de Pablo. Aguantamos un poco en ese medio karaoke -discoteca y nos fuimos
a otra muy cerca, donde nos metieron 25 pavos y para adentro. La disco estaba
bien, pero la verdad que era cara y pijilla, aunque nos dijeron los
de allí que eso era lo más normal, de hecho, ellos tenían ya tarjeta
de socio para poder entrar por menos dinero y tal..al final a las 5 de la mañana después de todo el palizón para casa..y en una hora y poco salia el sol...
Esta noche cada uno acabó de forma distinta y nos fuimos yendo a casa por etapas sobre las 4 y pico, cuando casi ya no quedaba nada. Un cosa que si nos dimos cuenta de Miami es que parece la ciudad sin ley de los Estados Unidos, porque se puede hablar por el móvil conduciendo, fumar en los locales e incluso beber por las calles sin que nadie te diga nada, acojonante ¡¡¡ Ya no me acordaba de lo que era llegar a casa oliendo a mierda de humo...
El Domingo fue totalmente de relax. Después de 2 días durmiendo lo justo o menos, tocaba relajarse en la playa. Hacía sol, y la temperatura finalmente había pasado de 15ºC, pero no contábamos con el viento terrible. Nos fuimos a la playa y nos tuvimos que meter detrás de una caseta..
.. y ahí si que picaba el sol para ser Enero, como que me quemé e incluso me animé a darme un bañito. El agua estaba fría, pero acostumbrado al Cantábrico, esto era un lujo.
El Domingo por la noche nos fuimos a la zona conocida como Bayside, que se encuentra cruzado el puente desde Miami Beach en dirección a Miami, a la izquierda, al lado del AAirlines stadium de los Miami Heats. Había muchas tiendas, banda de música en directo tocando salsa, decenas de bares restaurantes y al final nos quedamos a cenar en el Hard Rock Café, porque eramos 15 y no cabíamos en cualquier sitio.
Durante la cena, nos dimos cuenta que a cada persona que cumplía años, le cantaban y le daban un postre de regalo, situación que aprovechamos con el pobre Ricardo Pita (cuyo cumpleaños había sido el día anterior) para decirle a la camarera que le prepararan algo, y este fue el resultado:
Vaya tela Luisete. Esto si que es disfrutar de una beca y lo demas son tonterias. Un abrazo
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